ENTREVISTA a MARIO ALONSO PUIG, cirujano

"Lo que el corazón quiere, la mente se lo muestra"

Tengo 48 años. Nací y vivo en Madrid. Estoy casado y tengo tres niños. Soy cirujano general y del aparato digestivo en el Hospital de Madrid. Hay que ejercitar y desarrollar la flexibilidad y la tolerancia. Se puede ser muy firme con las conductas y amable con las personas. Soy católico. Acabo de publicar Madera líder (Empresa Activa).

ENTRENAR
Hasta ahora lo decían los iluminados, los meditadores y los sabios; ahora también lo dice la ciencia: son nuestros pensamientos los que en gran medida han creado y crean continuamente nuestro mundo. "Hoy sabemos que la confianza en uno mismo, el entusiasmo y la ilusión tienen la capacidad de favorecer las funciones superiores del cerebro. La zona prefrontal del cerebro, el lugar donde tiene lugar el pensamiento más avanzado, donde se inventa nuestro futuro, donde valoramos alternativas y estrategias para solucionar los problemas y tomar decisiones, está tremendamente influida por el sistema límbico, que es nuestro cerebro emocional. Por eso, lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando". Hay que entrenar esa mente.

IMA SANCHÍS
La Vanguardia - 18/10/2004

-Más de 25 años ejerciendo de cirujano. ¿Conclusión?

-Puedo atestiguar que una persona ilusionada, comprometida y que confía en sí misma puede ir mucho más allá de lo que cabría esperar por su trayectoria.

-¿Psiconeuroinmunobiología?

-Sí, es la ciencia que estudia la conexión que existe entre el pensamiento, la palabra, la mentalidad y la fisiología del ser humano. Una conexión que desafía el paradigma tradicional. El pensamiento y la palabra son una forma de energía vital que tiene la capacidad (y ha sido demostrado de forma sostenible) de interactuar con el organismo y producir cambios físicos muy profundos.

-¿De qué se trata?

-Se ha demostrado en diversos estudios que un minuto entreteniendo en un pensamiento negativo deja el sistema inmunitario en una situación delicada durante seis horas. El distrés, esa sensación de agobio permanente, produce cambios muy sorprendentes en el funcionamiento del cerebro y en la constelación hormonal.

-¿Qué tipo de cambios?

-Tiene la capacidad de lesionar neuronas de la memoria y del aprendizaje localizadas en el hipocampo. Y afecta a nuestra capacidad intelectual porque deja sin riego sanguíneo aquellas zonas del cerebro más necesarias para tomar decisiones adecuadas.

-¿Tenemos recursos para combatir al enemigo interior, o eso es cosa de sabios?

-Un valioso recurso contra la preocupación es llevar la atención a la respiración abdominal, que tiene por sí sola la capacidad de producir cambios en el cerebro. Favorece la secreción de hormonas como la serotonina y la endorfina y mejora la sintonía de ritmos cerebrales entre los dos hemisferios.

-¿Cambiar la mente a través del cuerpo?

-Sí. Hay que sacar el foco de atención de esos pensamientos que nos están alterando, provocando desánimo, ira o preocupación, y que hacen que nuestras decisiones partan desde un punto de vista inadecuado. Es más inteligente, no más razonable, llevar el foco de atención a la respiración, que tiene la capacidad de serenar nuestro estado mental.

-¿Dice que no hay que ser razonable?

-Siempre encontraremos razones para justificar nuestro mal humor, estrés o tristeza, y esa es una línea determinada de pensamiento. Pero cuando nos basamos en cómo queremos vivir, por ejemplo sin tristeza, aparece otra línea. Son más importantes el qué y el porqué que el cómo. Lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando.

-Exagera.

-Cuando nuestro cerebro da un significado a algo, nosotros lo vivimos como la absoluta realidad, sin ser conscientes de que sólo es una interpretación de la realidad.

-Más recursos...

-La palabra es una forma de energía vital. Se ha podido fotografiar con tomografía de emisión de positrones cómo las personas que decidieron hablarse a sí mismas de una manera más positiva, específicamente personas con trastornos psiquiátricos, consiguieron remodelar físicamente su estructura cerebral, precisamente los circuitos que les generaban estas enfermedades.

-¿Podemos cambiar nuestro cerebro con buenas palabras?

-Santiago Ramón y Cajal, premio Nobel de Medicina en 1906, dijo una frase tremendamente potente que en su momento pensamos que era metafórica. Ahora sabemos que es literal: "Todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro".

-¿Seguro que no exagera?

-No. Según cómo nos hablamos a nosotros mismos moldeamos nuestras emociones, que cambian nuestras percepciones. La transformación del observador (nosotros) altera el proceso observado. No vemos el mundo que es, vemos el mundo que somos.

-¿Hablamos de filosofía o de ciencia?

-Las palabras por sí solas activan los núcleos amigdalinos. Pueden activar, por ejemplo, los núcleos del miedo que transforman las hormonas y los procesos mentales. Científicos de Harvard han demostrado que cuando la persona consigue reducir esa cacofonía interior y entrar en el silencio, las migrañas y el dolor coronario pueden reducirse un 80%.

-¿Cuál es el efecto de las palabras no dichas?

-Solemos confundir nuestros puntos de vista con la verdad, y eso se transmite: la percepción va más allá de la razón. Según estudios de Albert Merhabian, de la Universidad de California (UCLA), el 93% del impacto de una comunicación va por debajo de la conciencia.

-¿Por qué nos cuesta tanto cambiar?

-El miedo nos impide salir de la zona de confort, tendemos a la seguridad de lo conocido, y esa actitud nos impide realizarnos. Para crecer hay que salir de esa zona.

-La mayor parte de los actos de nuestra vida se rigen por el inconsciente.

-Reaccionamos según unos automatismos que hemos ido incorporando. Pensamos que la espontaneidad es un valor; pero para que haya espontaneidad primero ha de haber preparación, si no sólo hay automatismos. Cada vez estoy más convencido del poder que tiene el entrenamiento de la mente.

-Déme alguna pista.

-Cambie hábitos de pensamiento y entrene su integridad honrando su propia palabra. Cuando decimos "voy a hacer esto" y no lo hacemos alteramos físicamente nuestro cerebro. El mayor potencial es la conciencia.

-Ver lo que hay y aceptarlo.

-Si nos aceptamos por lo que somos y por lo que no somos, podemos cambiar.
Lo que se resiste persiste. La aceptación es el núcleo de la transformación.

Sin fe en uno mismo hay temor,
el temor produce violencia,
la violencia produce destrucción,
por eso, la fe interna supera la destrucción.

¡Da tu palabra y rómpete! - (Silo)


VISUALIZACIÓN CREATIVA

VISUALIZACIÓN CREATIVA es la técnica de utilizar la propia imaginación para crear lo que se desea en la vida. Es el arte de usar las imágenes mentales y las afirmaciones para producir cambios positivos en nuestra vida y guiarnos hacia la libertad personal. La visualización creativa nos ayuda a crear exactamente la clase de vida que anhelamos, a sentirnos verdaderamente felices, realizados, saludables, radiantes, colmados de prosperidad y rebosantes de amor, alegría y energía creativa. Es utilizada con mucho éxito en los campos de la salud, la educación, los negocios, los deportes y las artes.

Las visualizaciones funcionan a partir de programaciones mentales positivas y de estados emocionales ideales que vamos introduciendo en nuestra conciencia. Esto ocurre al entrar en el llamado estado Alfa que sobreviene en un estado de profunda relajación, cuando las ondas cerebrales se van haciendo cada vez más lentas, en contraposición al estado Beta en el que nos encontramos durante la vigilia. Según numerosas investigaciones este estado Alfa es el ideal para sembrar en nuestra conciencia los pensamientos e ideas positivas que vamos a hacer llegar en forma de AFIRMACIONES. Las afirmaciones sirven para:

1- ALCANZAR aquellos objetivos que deseamos, tales como prosperidad en el trabajo, autorrealización personal, relaciones satisfactorias, etc.
2- y CORREGIR conceptos negativos sobre nosotros mismos, los demás o sobre la vida, que nos impiden vivir en plenitud.
La mente mantiene un constante diálogo consigo misma acerca de las cosas que nos rodean: la vida, los sentimientos, nuestro concepto sobre nosotros mismos, etc. Con frecuencia, y debido a experiencias traumáticas o aspectos en los que nuestra mente o nuestras emociones no han llegado a madurar correctamente por diversos motivos, que van desde los personales hasta las ideas de la sociedad en que vivimos, ese diálogo no es precisamente el que más contribuye a desarrollar una vida satisfactoria. Es entonces cuando nos damos cuenta que, frente a situaciones similares o repetidas, son nuestras CREENCIAS y prejuicios los que nos impiden actuar correctamente y nos llevan a obtener siempre resultados desfavorables, con frecuencia los mismos.
El objetivo de la VISUALIZACIÓN CREATIVA, en forma de afirmaciones e imágenes mentales, es interferir en ese diálogo mental y "reprogramarnos" de manera positiva para crear a de modo consciente, y no por defecto, la realidad deseada. Se trata de "afirmar", "hacer firme", crear el universo en el que queremos vivir. Aquí es donde juega un importante papel la creatividad al servicio de estas visualizaciones.
Hay que tener en cuenta que las afirmaciones resultan más efectivas cuanto más simples y concisas son, que deben estar exentas de cualquier tipo de negación implícita en ellas y que sólo funcionan para el bien, propio o el de algún otro ser. Las visualizaciones pueden utilizarse con infinidad de propósitos, desde los más materiales hasta más espirituales o de desarrollo que persigan el propósito de lograr la iluminación.

Los elementos que determinan la eficacia de las visualizaciones son tres:

1° Deseo verdadero
2° Confianza (creer poder conseguir el objetivo).
3° Aceptación (de los hechos o las metas que queremos alcanzar con todas sus consecuencias y asumiendo las responsabilidades que puedan surgir).

La correcta conjunción de estos tres elementos es lo que se llama INTENCIÓN.

Hay dos métodos para trabajar con visualizaciones:
1° Receptivo: Nos limitamos a relajarnos y dejar que las imágenes lleguen a nosotros.
2° Activo: Creamos y elegimos conscientemente lo que queremos ver o imaginar.

También es posible la combinación de ambos métodos.

Los pasos fundamentales a seguir para una visualización creativa son:

1° Decidir el objetivo.
2° Crear una idea o imagen mental de ese objetivo.
3° Concentrarse a menudo en ello.
4° Transmitir energía positiva (personal) a nuestro objetivo (verse a sí mismo en el momento de lograrlo).

El obstáculo más importante que encontramos para lograr el éxito con visualizaciones es básicamente el "temor" a lo que podamos llegar a ver. La señal más importante de que estamos obteniendo resultados con las visualizaciones es la sensación de un "click" en nuestra conciencia, cuando sentimos que nuestros esquemas de vida empiezan a funcionar.

Para utilizar visualizaciones no es necesario tener ninguna creencia religiosa en particular, ni metafísica o espiritual determinada aunque sí es necesaria la disposición mental que admite el concepto de que además de materia, al igual que todo el universo que nos rodea, también somos "energía" que condiciona esa materia. Estos conceptos han sido demostrados científicamente. Cuando oímos hablar de macrocosmos y microcosmos sabemos también que a niveles muy sutiles de observación de la materia, como el atómico y el subatómico, dicha materia no acaba siendo otra cosa que partículas cada vez más pequeñas que son energía, el componente básico y esencial de la materia. Este concepto sustenta además la premisa filosófica de que "la forma sigue a la idea": todo lo creado ha sido pensado antes.

Esta energía de la que hablamos es el punto de interés de la técnica de visualización creativa: trabajar nuestra energía interior es lo que queremos para desarrollarnos en la vida plenamente utilizando el espacio existencial, canal que nos abre la meditación, para que lleguen a nosotros la intuición y la sabiduría superior a través de nuestra mente intuitiva.

"Un individuo es lo que piensa, el dominio sobre los pensamientos confiere el dominio sobre el cuerpo y la materia".

Creando la propia realidad

Solemos creer que el mundo externo es más real que el interno. Al "pensar" en las cosas que hacemos, logramos que la realidad sea más concreta de lo que es y así, comúnmente, creemos que sólo somos una parte insignificante de ella y que somos incapaces de modificarla, moldearla o influir en ella con nuestras ideas y nuestros pensamientos.

Con VISUALIZACIÓN CREATIVA aprendemos a percibir y a tomar conciencia del mundo interno, mediante la visualización y las afirmaciones, creamos una nueva realidad que sostiene que "lo que ocurra adentro creará lo que ocurra afuera".

Si nuestra mente esta tensa, nuestros órganos internos estarán tensos, los músculos estarán tensos, incluso los pensamientos adoptaran la forma de una roca. A su vez, todas estas tensiones van formando la realidad de todos los días, condenándonos a tomar los hechos como "malos", "problemáticos" y "difíciles".

El cambio verdadero, aquel perdurable y de valores positivos, comienza en y con uno mismo, desde adentro. Mediante la práctica VISUALIZACIÓN CREATIVA aprendemos a relajar y armonizar nuestro propio cuerpo y mente para luego trasladar la maravillosa sensación de plenitud y bienestar a ese lugar que llamamos "realidad concreta".

La capacidad de conciencia durante la relajación, así como la capacidad de visualización, son consecuencia de la práctica regular. Es un proceso evolutivo 100 % positivo que produce una reestructuración de toda nuestra personalidad interior, a la vez que aliviamos tensiones musculares, emocionales y mentales.

Al relajarnos profundamente la mente emprende un viaje consciente hacia planos subconscientes y, de esta manera, nuestro cuerpo, mente y emociones se hallan en paz, relajados, funcionando de forma natural y sin los condicionamientos de la mente racional. El subconsciente adopta una gran receptividad logrando llegar al origen, a la esencia misma de nuestra personalidad, y darle forma concreta a nuestros ideales.

La importancia de la visualización positiva
Cuando nos relajamos profundamente, con el cuerpo inmóvil y los ojos cerrados, aparecen las ondas Alfa. Las ondas Alfa provienen de las áreas visuales de la parte posterior del cerebro. En este nivel de consciencia se acrecienta el campo de la memoria, de la creatividad y de la intuición. Aquí nos conectamos de manera efectiva con las imágenes del subconsciente, importantísimo, ya que lo programado debe estar enraizado en el subconsciente. El aparato psíquico (freudiano) es mayoritariamente inconsciente y subconsciente. El Yo es la parte de nosotros que interactúa con el medio, que protagoniza la vigilia, la parte que media entre el Ello (deseos) y el Súper-yo (autoridad), es decir, lo que somos hacia afuera, la parte de nuestro cerebro que creemos dominar, es también mayoritariamente inconsciente en realidad (actos fallidos, chistes, tic nerviosos, etc.).

El subconsciente está presente siempre y es imprescindible que esté auto programado positivamente, con visualizaciones y la repetición de afirmaciones en el correcto estado, lográndose así mejorar la autoestima, los sentimientos negativos y hasta a curar traumas de la infancia.

Aspectos fisiológicos

El cerebro está formado por pequeñas células conocidas como neuronas. Estas poseen ramificaciones que se estiran y conectan entre sí para formar así una red neuronal. Las ideas, pensamientos y sentimientos se construyen e interconectan en esta red neuronal.

Así, por ejemplo, el concepto de "amistad" se encuentra almacenado en esta red; teniendo en cuenta que se construye dicho concepto a partir de muchas ideas, algunas personas pueden relacionarlo con la decepción, el engaño, la mentira, etc., emociones que se encuentran ligadas a alguna persona o circunstancia experimentada.

Las células nerviosas, neuronas, se conectan entre sí. Si algo se practica todos los días, una y otra vez, estas células forman una relación a largo plazo: es la base del aprendizaje y de los hábitos. Si nos enojamos todos los días, discutimos, peleamos o nos frustramos, por ejemplo, esta red neuronal se conecta todos los días estableciendo una relación a largo plazo con otras células, formando lo que es nuestra personalidad. Las células nerviosas que no se conectan entre sí, pierden su relación a largo plazo. De esta forma distamos mucho de ese libre, verdadero y hermoso ser que evoluciona y nos convertimos en una maquina que reacciona a su entorno automáticamente.

Las emociones no son ni buenas ni malas. Están diseñadas para reforzar algo químicamente en la memoria a largo plazo. En nuestro cerebro se halla una porción a la que se conoce como hipotálamo y funciona como un gran laboratorio, fabricando una sustancia química para cada emoción. Cuando vivimos un estado emocional determinado (en el cuerpo o en la mente) instantáneamente, el hipotálamo libera proteínas en la sangre y éstas van recorriendo todo el cuerpo. Cada célula del cuerpo posee una membrana con receptores que se abren a la espera de estas proteínas. Una vez que se produce el encuentro ambas se acoplan, enviando una señal a la célula y provocando la emoción o el estado emocional correspondiente. La célula es afectada de muchas formas y esta cascada de sucesos bioquímicos provoca cambios en el núcleo de la misma, regenerándola, alterándola o destruyéndola.

El problema aparece cuando la "adicción" a las emociones se hace presente y buscamos sustancias que logren calmar el apetito bioquímico de nuestras células creando situaciones que cubran nuestras necesidades químicas. Si no logramos controlar nuestro estado emocional es probable que exista una adicción al mismo. Si todos los días bombardeamos las células con la misma actitud y la misma química continuamente, cuando esa célula se divida, creará una célula hija con mayor cantidad de receptores de membrana para ese estado emocional y no habrá suficiente lugar para los minerales, nutrientes, intercambio de fluidos o eliminación de toxinas.

Todo comienza en la célula pero ésta recibe la señal de y desde el cerebro. Los receptores de membrana de cada célula van cambiando su sensibilidad según los mensajes recibidos. Teniendo en cuenta que cada uno de nosotros crea su propia realidad, es un terreno maravillosamente rico el que nos aportan las visualizaciones. Un terreno desde el cual logramos reestructurar nuestro cerebro, nuestra mente, reconectándonos al concepto que logra la transformación desde adentro y hacia fuera, manifestando la realidad deseada.

Mediante VISUALIZACIÓN CREATIVA limpiamos nuestra mente de condicionamientos, eliminando de forma progresiva los sentimientos negativos que generan una insalubre adicción química. Se entablan relaciones a largo plazo basadas en sensaciones y sentimientos de felicidad, plenitud, paz, equilibrio, armonía... reforzamos nuestra verdadera identidad, establecemos cuál es y será nuestra realidad, aprendemos que la maravilla de la vida radica en el infinito e inmenso abanico de posibilidades que tenemos en nuestra vida. Tomamos conciencia de una forma profunda, de la gran influencia que tenemos todos y cada uno de nosotros en la construcción de un bello presente.

¡Tu vida es una obra de arte y tú eres el artista!

TERAPIA GESTALT

La TERAPIA GESTALT es una terapia perteneciente a la psicología humanista o Tercera Fuerza, la cual se caracteriza por no estar hecha exclusivamente para tratar enfermos sino también para desarrollar el potencial humano. Nació en la década de 1940 con la publicación del libro Ego, Hambre y Agresión escrito por Fritz Perls y Laura Perls. La publicación en 1951 de Terapia Gestalt: Excitación y crecimiento de la personalidad humana (conocido también como PHG, por las iniciales de sus autores: Paul Goodman y Ralph Hefferline a partir de un manuscrito de Fritz Perls) establece las bases fundamentales de la terapia:

· El aquí y ahora: vivir y sentir el presente, la realidad. La terapia Gestalt se enfoca más en los procesos que en los contenidos. Pone énfasis sobre lo que está sucediendo, se está pensando y sintiendo en el momento, por encima de lo que fue, pudo haber sido, podría ser o debería estar sucediendo.

· Utiliza el método del darse cuenta ("awareness") predominando el percibir, sentir y actuar. Es el cliente quien ha de darse cuenta de lo que le pasa; sólo se necesita ser consciente para cambiar (si se quiere) una conducta. El cliente aprende a hacerse más consciente de lo que hace. De este modo, va desarrollando su habilidad para aceptarse y para experimentar el "aquí y ahora" sin tanta interferencia de las respuestas fijadas del pasado.

· Aceptar lo que uno es: no buscar ídolos, no aceptar los "deberías". Es importante el uso de la primera persona, puesto que una de las fortalezas de la terapia Gestalt es el asumir la responsabilidad de nuestros propios pensamientos, sentimientos y acciones: el cliente no tiene que ocultarse usando un sujeto colectivo (por ejemplo, al decir "los jóvenes bebemos mucho" en vez de "yo bebo mucho" se hace uso del plural y se desvía la responsabilidad personal).

· Enfatizar en el ¿cómo? o en el ¿para qué? más que en el ¿porqué?: ¿Cómo me siento?, ¿Cómo me siento en esta situación?, ¿Cómo me siento ahora?, ¿Para qué estoy haciendo esto?, ¿Para qué me sirve sentirme de este modo?

El terapeuta gestalt tiene la función de guiar al cliente para que se haga consciente de su situación (el darse cuenta). Hay una interacción de yo, tú, nosotros; se rompe la dicotomía médico-paciente. En esta terapia, el paciente es quien tiene que "autocurarse", el terapeuta le acompaña, le guía y le ayuda para que lo consiga haciendo más bien una función de observador externo, de espejo que refleja y no tanto de "el que cura". El objetivo de la terapia Gestalt, además de ayudar al cliente a sobreponerse a síntomas, es permitirle llegar a sentirse más completo y creativamente vivo y liberarse de los bloqueos y asuntos inconclusos que disminuyen la satisfacción óptima, autorrealización y crecimiento. La terapia Gestalt pretende ser una forma de vida además de un modelo de terapia.

COACHING ONTOLÓGICO

COACHING es la habilidad de darle poder a la gente (en realidad, recordarle que lo tiene) y hacerla responsable de su manera ser, hacer y de los resultados que genera. El coaching trabaja directamente con los individuos, sus procesos mentales y emocionales, destapando la potencialidad de las personas y permitiéndoles alcanzar objetivos que de otra manera serían considerados inalcanzables. El coaching nace de una base filosófica y científica, de la mano de trabajos de Heidegger, Austin, Searle, Flores, Spinoza y Maturana, entre otros. La ontología del lenguaje es una tesis desarrollada por Fernando Flores y recogida por Rafael Echeverría en su libro "Ontología del Lenguaje" que trata de explicar al ser humano como un ser intrínsecamente lingüístico. Los postulados básicos de la ontología del lenguaje son:

-Los seres humanos somos seres lingüísticos. El lenguaje es sobre otras cosas lo que hace de los seres humanos el tipo particular de seres que somos. Somos seres que vivimos en el lenguaje. Somos seres sociales. No hay lugar fuera del lenguaje desde el cual podamos observar nuestra existencia.

-El lenguaje es generativo. El lenguaje no sólo es descriptivo y nos permite hablar "sobre" las cosas sino que hace que ellas sucedan. Por lo tanto, el lenguaje es acción, es generativo: crea realidades. El filósofo norteamericano John R. Searle sostuvo que, sin importar el idioma que hablemos, siempre ejecutamos el mismo número restringido de actos lingüísticos: los seres humanos, al hablar, hacemos declaraciones, afirmaciones, promesas, pedidos, ofertas. Estas acciones son universales. El acto lingüístico base es la declaración, y dice que todo es una declaración. Además no sólo actuamos de acuerdo con cómo somos sino que también somos según actuamos. La acción genera ser. Uno deviene de acuerdo con lo que hac

-Los seres humanos se crean a sí mismos en el lenguaje y a través de él. Al decir lo que decimos, al decirlo de un modo y no de otro, o no diciendo cosa alguna, abrimos o cerramos posibilidades para nosotros mismos y, muchas veces, para otros. Cuando hablamos modelamos el futuro. A partir de lo que dijimos o se nos dijo, a partir de lo que callamos, a partir de lo que escuchamos o no escuchamos de otros, nuestra realidad futura se moldea en un sentido o en otro. Pero además de intervenir en la creación de futuro, los seres humanos modelamos nuestra identidad y la del mundo que vivimos a través del lenguaje.

Los seres humanos obtenemos resultados (dominio del tener) dependiendo de las acciones que tomamos (dominio del hacer). Y las acciones que tomamos están íntimamente relacionadas con la manera en que nos observamos a nosotros mismos y observamos el mundo (dominio del ser). El coaching trabaja fundamentalmente en el dominio del ser, produciendo cambios en el tipo de observador que es la persona y los modelos mentales que tiene, es decir, aquellos supuestos acerca de sí misma, de los demás, de lo que sucede alrededor y que hacen que interprete todo ello de una determinada manera. Estos modelos mentales son la base de nuestras creencias, y han de cambiar para que se produzca el cambio de comportamiento y, por tanto, de resultados. Una vez estos cambios se hacen en la persona (por ella misma), su perspectiva se amplia, se convierte en un observador diferente y tiene acceso a tomar acciones diferentes, logrando resultados nunca antes alcanzados por ella. Se produce un cambio ontológico en la persona y sus paradigmas, sus patrones de interpretación y análisis de las cosas.

El coaching ontológico se centra en el uso del lenguaje y cómo éste determina nuestros comportamientos y emociones. El entrenador ontológico trabajará fundamentalmente centrado en la elaboración de significado verbal y mental del cliente, buscando que dichos significados apoyen los objetivos del cliente. El profesional aplica la escucha profunda y el arte de la mayéutica, es decir hacer al cliente preguntas poderosas y retadoras. El coaching efectivo es aquel caracterizado por el positivismo, la confianza y rara vez la corrección, que a su vez se presenta con suma moderación. La calidad de la relación es determinante.


PSICOLOGÍA POSITIVA

"Los científicos de la mente del nuevo milenio no sólo se preocuparán por corregir lo peor de la condición humana, sino que también se dedicarán a identificar y promover lo mejor". Martin Seligman

La PSICOLOGÍA POSITIVA es una rama de la psicología de reciente aparición que busca comprender los procesos que subyacen a las cualidades y emociones positivas del ser humano, durante tanto tiempo ignoradas por la psicología. El objeto de este interés es aportar nuevos conocimientos acerca de la psique humana, no sólo para ayudar a resolver los problemas de salud mental sino también para alcanzar mejor calidad de vida y bienestar. La importancia de la investigación de los aspectos positivos de la mente humana fue finalmente reconocida de forma oficial en el año 2000 cuando varias facultades de psicología estadounidenses, alentadas por el profesor de la Universidad de Pensilvania Martin Seligman, formalizaron la asignatura de psicología positiva. Esta nueva materia universitaria incluye el estudio de experiencias y rasgos de carácter que ayudan a las personas a sentirse dichosas y a mantenerse mentalmente saludables.

Martin Seligman y Christopher Peterson se embarcaron en un proyecto para descubrir si existía una serie de virtudes humanas reconocidas en todas o casi todas las culturas e identificarlas. El resultado fue una clasificación de seis virtudes principales y 24 "rutas" para practicarlas o fortalezas. La hipótesis de este autor, y de los pioneros de esta corriente, sostiene que la felicidad, independientemente de su importante componente genético, no sólo es posible sino que puede cultivarse identificando aquellas fortalezas características que cada persona posee. Al identificar lo mejor de cada uno, desarrollar estos aspectos y fundamentar los diferentes ámbitos de la vida como el amor, la educación, el ocio y el trabajo en los mismos, podemos mejorar sensiblemente nuestra vida y la de aquellos que nos rodean.

El optimismo es uno de los temas que mayor interés ha despertado entre los investigadores de la psicología positiva. Puede definirse como una característica disposicional de personalidad que media entre los acontecimientos externos y la interpretación personal de los mismos. Es la tendencia a esperar que el futuro depare resultados favorables. El optimismo nos ayuda a enfrentar las dificultades con buen ánimo y perseverancia, descubriendo lo positivo que tienen las personas y las circunstancias, confiando en nuestras capacidades y posibilidades junto a la ayuda que podemos recibir. La principal diferencia que existe entre una actitud optimista y el pesimismo radica en el enfoque con que se aprecian las cosas. El pesimismo pone la atención en los inconvenientes y dificultades, provocando apatía y desánimo. El optimismo supone hacer ese mismo esfuerzo para encontrar soluciones, ventajas y posibilidades.

En general, parece que las personas más optimistas tienden a tener mejor humor, a ser más perseverantes y exitosas, y a tener mejor estado de salud física. De hecho, uno de los resultados más consistentes en la literatura científica es que aquellas personas que poseen altos niveles de optimismo y esperanza (ambos tienen que ver con la expectativa de resultados positivos en el futuro y con la creencia en la propia capacidad de alcanzar metas) tienden a salir fortalecidos y a encontrar beneficio en situaciones traumáticas y estresantes. La psicología positiva se orienta al estudio de las fortalezas de las personas que son las que en realidad nos permiten aprender, disfrutar, ser alegres, generosos, solidarios y optimistas.


INTELIGENCIA EMOCIONAL

¿Por qué a algunas personas les va mejor en la vida que a otras? ¿Por qué algunas, con alto coeficiente intelectual y que se destacan en su profesión, no pueden aplicar esta inteligencia en su vida privada, que va a la deriva, del sufrimiento al fracaso? ¿Y por qué otras con un alto coeficiente intelectual terminan trabajando para otras que tienen un CI más bajo, pero que saben conectarse, influir y relacionarse mejor? La respuesta está en las emociones y en la capacidad para percibirlas, entenderlas y manejarlas: la INTELIGENCIA EMOCIONAL. Las últimas investigaciones han aportado pruebas convincentes de la inseparabilidad esencial de la emoción y el razonamiento: sin sentimientos, las decisiones que tomamos pueden no ser las que más nos convienen, aunque hayan sido tomadas con aparente lógica.

La inteligencia emocional es parte de nuestra inteligencia global, una parte a menudo negada y desdeñada, opacada por el brillo de la razón y del coeficiente intelectual, más fácil de definir y medir. En la medida en que nuestras emociones entorpecen o favorecen nuestra capacidad para pensar y planificar, para llevar a cabo el entrenamiento con respecto al logro de una meta distante y para resolver problemas y conflictos, definen el límite de nuestro poder para utilizar nuestras habilidades mentales innatas, y así determinan nuestro desempeño en la vida. Y en la medida en que estamos motivados por sentimientos de entusiasmo y placer, directos o indirectos, con respecto a lo que hacemos, esos sentimientos nos conducen a los logros. Es en este sentido que la inteligencia emocional es una aptitud superior, una capacidad que afecta profundamente a todas las otras habilidades, facilitándolas o interfiriéndolas.

La inteligencia emocional es un conjunto específico de aptitudes que se hallan implícitas dentro de las capacidades abarcadas por la inteligencia social. Las emociones aportan importantes implicaciones en las relaciones sociales, sin dejar de contribuir a otros aspectos de la vida: cada individuo tiene la necesidad de establecer prioridades, de mirar positivamente hacia el futuro y de manejar las emociones negativas antes de caer en la ansiedad o la depresión. La inteligencia emocional se pone de manifiesto cuando operamos con información emocional; es un conjunto de talentos o capacidades organizadas en cuatro dominios: capacidad para percibir las emociones de forma precisa, capacidad de aplicar las emociones para facilitar el pensamiento y el razonamiento, capacidad para comprender las propias emociones y las de los demás (empatía) y capacidad para controlar las propias emociones. Estas habilidades, como todas, pueden ser aprendidas con el tiempo y la práctica.

El concepto de inteligencia emocional tiene un precursor en el concepto de inteligencia social del psicólogo Edward Thorndike, quien en 1920 la definió como "la habilidad para comprender y dirigir a los hombres y mujeres, muchachos y muchachas, y actuar sabiamente en las relaciones humanas". En 1983, Howard Gardner, psicólogo de la Universidad de Harvard, proponía la Teoría de las inteligencias múltiples descartando que el ser humano sólo tuviera un tipo de inteligencia. En su libro Frames of Mind estableció ocho tipos de inteligencias: la lingüística-verbal, la lógica-matemática, la corporal-cinestética, la visual-espacial, la musical, la emocional (que se dividiría en la intrapersonal y la interpersonal), la naturalista y la existencial. Posteriormente, sus colegas investigadores llegaron a describir hasta 20. La expresión "inteligencia emocional" la introdujeron por primera vez en el campo de la psicología en 1990 los investigadores Peter Salovey y John D. Mayer definiéndola como "la capacidad de percibir los sentimientos propios y los de los demás, distinguir entre ellos y servirse de esa información para guiar el pensamiento y la conducta de uno mismo". Este concepto sería presentado mediáticamente por Daniel Goleman en 1995 con un libro de gran éxito. En su libro La inteligencia emocional en la empresa (1998) se refiere a la "inteligencia emocional" como "la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los ajenos, de motivarnos y de manejar bien las emociones, en nosotros mismos y en nuestras relaciones".

Como Mark Twain dijo aprendemos a través del corazón, no a través de los ojos o del intelecto.