COACHING ONTOLÓGICO

COACHING es la habilidad de darle poder a la gente (en realidad, recordarle que lo tiene) y hacerla responsable de su manera ser, hacer y de los resultados que genera. El coaching trabaja directamente con los individuos, sus procesos mentales y emocionales, destapando la potencialidad de las personas y permitiéndoles alcanzar objetivos que de otra manera serían considerados inalcanzables. El coaching nace de una base filosófica y científica, de la mano de trabajos de Heidegger, Austin, Searle, Flores, Spinoza y Maturana, entre otros. La ontología del lenguaje es una tesis desarrollada por Fernando Flores y recogida por Rafael Echeverría en su libro "Ontología del Lenguaje" que trata de explicar al ser humano como un ser intrínsecamente lingüístico. Los postulados básicos de la ontología del lenguaje son:

-Los seres humanos somos seres lingüísticos. El lenguaje es sobre otras cosas lo que hace de los seres humanos el tipo particular de seres que somos. Somos seres que vivimos en el lenguaje. Somos seres sociales. No hay lugar fuera del lenguaje desde el cual podamos observar nuestra existencia.

-El lenguaje es generativo. El lenguaje no sólo es descriptivo y nos permite hablar "sobre" las cosas sino que hace que ellas sucedan. Por lo tanto, el lenguaje es acción, es generativo: crea realidades. El filósofo norteamericano John R. Searle sostuvo que, sin importar el idioma que hablemos, siempre ejecutamos el mismo número restringido de actos lingüísticos: los seres humanos, al hablar, hacemos declaraciones, afirmaciones, promesas, pedidos, ofertas. Estas acciones son universales. El acto lingüístico base es la declaración, y dice que todo es una declaración. Además no sólo actuamos de acuerdo con cómo somos sino que también somos según actuamos. La acción genera ser. Uno deviene de acuerdo con lo que hac

-Los seres humanos se crean a sí mismos en el lenguaje y a través de él. Al decir lo que decimos, al decirlo de un modo y no de otro, o no diciendo cosa alguna, abrimos o cerramos posibilidades para nosotros mismos y, muchas veces, para otros. Cuando hablamos modelamos el futuro. A partir de lo que dijimos o se nos dijo, a partir de lo que callamos, a partir de lo que escuchamos o no escuchamos de otros, nuestra realidad futura se moldea en un sentido o en otro. Pero además de intervenir en la creación de futuro, los seres humanos modelamos nuestra identidad y la del mundo que vivimos a través del lenguaje.

Los seres humanos obtenemos resultados (dominio del tener) dependiendo de las acciones que tomamos (dominio del hacer). Y las acciones que tomamos están íntimamente relacionadas con la manera en que nos observamos a nosotros mismos y observamos el mundo (dominio del ser). El coaching trabaja fundamentalmente en el dominio del ser, produciendo cambios en el tipo de observador que es la persona y los modelos mentales que tiene, es decir, aquellos supuestos acerca de sí misma, de los demás, de lo que sucede alrededor y que hacen que interprete todo ello de una determinada manera. Estos modelos mentales son la base de nuestras creencias, y han de cambiar para que se produzca el cambio de comportamiento y, por tanto, de resultados. Una vez estos cambios se hacen en la persona (por ella misma), su perspectiva se amplia, se convierte en un observador diferente y tiene acceso a tomar acciones diferentes, logrando resultados nunca antes alcanzados por ella. Se produce un cambio ontológico en la persona y sus paradigmas, sus patrones de interpretación y análisis de las cosas.

El coaching ontológico se centra en el uso del lenguaje y cómo éste determina nuestros comportamientos y emociones. El entrenador ontológico trabajará fundamentalmente centrado en la elaboración de significado verbal y mental del cliente, buscando que dichos significados apoyen los objetivos del cliente. El profesional aplica la escucha profunda y el arte de la mayéutica, es decir hacer al cliente preguntas poderosas y retadoras. El coaching efectivo es aquel caracterizado por el positivismo, la confianza y rara vez la corrección, que a su vez se presenta con suma moderación. La calidad de la relación es determinante.